Clima

 

El desarrollo en latitud, la disposición de las grandes unidades del relieve, y especialmente del sistema andino, la influencia de las corrientes marinas y de fenómenos atmosféricos constantes como el papel de las altas presiones y de los vientos alisios o transitorios como los ciclones, determinan una notoria diversidad de climas en América Latina.

Sin embargo, como la mayor extensión de las tierras queda en la zona intertropical, en gran parte del subcontinente predominan los climas cálidos como promedio anual superior a los 18º C y con diferentes niveles de pluviosidad, según presenten o no una estación seca más o menos definida. Esta característica marca una gran diferencia con América anglosajona, donde predominan los climas templados. Al estudiar la población mundial se puede analizar las dificultades específicas que plantea el medio ambiente tropical, al poblamiento permanente y los elementos de fragilidad ligados al clima que afectan la existencia cotidiana de los hombres en las regiones cálidas y lluviosas.

El relieve andino es un factor importante en la diversidad de los climas meso y sudamericanos, actuando como una gran divisoria climática la Cordillera de Los Andes, la que separa las influencias determinadas por la circulación general de los vientos, y condiciona fenómenos tan impresionantes como la diagonal árida que individualiza climas deficitarios de humedad en latitudes muy distintas. En el mismo medio tropical, la altitud de los Andes facilita la clasificación de medios climáticos que tiene una importancia fundamental para la biogeografía y actividades humanas y económicas en los países trasandinos.

Las influencias generales de la circulación atmosférica de baja altitud y de las corrientes marinas de distintas características térmicas, contribuyen, igualmente, a reforzar o atenuar los rasgos propios de los climas derivados de la latitud. La correlación entre la corriente de Humboldt y el desierto chileno-peruano, es probablemente el ejemplo más significativo.

La gama de climas templados prevalece en el Cono Sur Latinoamericano, y condiciona un medio tradicionalmente favorable a los hechos de ocupación humana. Pero sin duda, los ecosistemas templados y las actividades controladas en forma estrecha por el clima, como la agricultura, la ganadería y la forestación, son notablemente complementarias de aquellas que ocurren en América Latina tropical.

En nuestro subcontinente se diferencian esquemáticamente las siguientes gamas climáticas: los climas tropicales, los climas áridos y semiáridos, los climas templados, y los climas andinos. 

Climas Tropicales; se distinguen dos grandes tipos de climas tropicales: el Clima Ecuatorial y El Clima Tropical con Estación Seca.
Climas Áridos y Semiáridos; se identifican dos zonas áridas típicas en el norte de México, y en la costa del Pacífico de Sudamérica, entre los 5 y los 30º de Latitud Sur. Se denominan Climas Desérticos y Semidesérticos, respectivamente.

Climas Templados; Predominan en el cono sur de América Latina, distinguiéndose por lo menos tres variedades: el Clima Templado Húmedo de la Pampa, Clima Mediterráneo o Templado Cálido, y el Clima Templado Oceánico .

Climas Andinos ; se superponen longitudinalmente a todas las demás zonas climáticas, y su rasgo esencial deriva de la influencia de la altitud.